Por Rafael Savoia, mccj
Las jornadas de conocimiento y reflexión sobre el camino de la Pastoral Afro han logrado el objetivo, que se habían propuesto de: “Generar un espacio de Reflexión Teológica y Pastoral en torno a la acción evangelizadora de la iglesia católica, que lleve a promover íntegramente al pueblo afro colombiano para que este, desde su identidad cultural, viva el proyecto del reino de Dios y lo comparta con todo hombre y mujer”.
Se ha visibilizado el papel de la Iglesia en su relación con el pueblo afro en la conferencia de Mons. Héctor Espalza, obispo de Buenaventura y presidente de la Comisión de Etnias de la Conferencia Episcopal Colombiana que presentó una visión panorámica del magisterio de la iglesia latinoamericana sobre todo a partir de las asambleas generales de Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007).
El P. Rafael Savoia, misionero comboniano, ha ido al origen de la pastoral afroamericana poniendo de relieve figuras proféticas que lucharon contra la esclavitud y las injusticias de su tiempo como Mons. Bartolomé de las Casas en el siglo XVI, los capuchinos Fray Jose Francisco Jaca y Aragón y Fray Epifanio Moirans en el siglo XVII, los afrodescendientes como Ottobah Equiano que han luchado con los abolicionistas en el siglo XVIII. Toda una corriente de pensamiento y testimonio evangélico que está a la base del camino actual de la Pastoral Afro que ha tenido como una de sus expresiones mas significativas a los Encuentros Continentales de Pastoral Afroamericana. El último se celebró en Panamá del 3 al 7 de agosto pasado. Ofreció elementos para entender el aporte de la Iglesia a través de la Pastoral Afro al pueblo y al movimiento negro de América Latina y el Caribe.
El aporte de la mujer afro a la pastoral en la iglesia lo resaltó la joven Nasly Lucumí, entusiasta líder afro, junto con la Hna Ayda Orobio, misionera laurita, que en base a su experiencia de vida mostró la problemática del afro en situación rural y urbana, insistiendo en el papel fundamental de la mujer.
Le tocó a Mons. Fidel Cadavid, obispo de Quibdó, meter el dedo en la llaga de la violencia engendrada tanto por las fuerzas ilegales que operan en el litoral Pacífico como por los megaproyectos de las compañías multinacionales, para explotar los inmensos recursos que ofrece el área.
El espacio largo que se ha dado al diálogo entre expositores y participantes ha permitido descubrir el interés sobre todo de los jóvenes sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas de la Arquidiócesis de Cali “heredera de una tradición centenaria en la que han confluido diversidad de culturas, unas ya radicadas desde antes y las otras que han ido haciendo su aparición en el contexto de nuestra región en los últimos años, han configurado una presencia de Iglesia que responde de diversas maneras a este bello y rico fenómeno que ha permitido inculturarse con las implicaciones que trae”. Esto en línea con el documento “Gozo y Esperanza” del Concilio Vaticano II que dice: “… la aceptación de la predicación de la palabra revelada debe mantenerse como ley de toda la evangelización. Porque así en todos los pueblos se hace posible expresar el mensaje cristiano de modo apropiado a cada uno de ellos y al mismo tiempo se fomenta un vivo intercambio entre la Iglesia y las diversas culturas”.
Las experiencias de pastoral con negritudes presentadas por el P. Vicente Pellegrino, misionero de la Consolata y delegado arquidiocesano para la Pastoral Afro, junto con otros párrocos permitió comprender como es posible conseguir involucrar a los afro en el camino de la Iglesia, que así va tomando conciencia también de su rostro negro.
El arzobispo de Cali, Mons. Juan Francisco Sarasti, al abrir los trabajos, recordó que la celebración del Centenario de la erección de la Arquidiócesis exige un compromiso también con los afrodescendientes, parte integrante de nuestra identidad eclesial, dando una respuesta a sus necesidades espirituales y materiales. La evangelización de las culturas conlleva la exigencia de anunciar a Jesús muerto y resucitado y también denunciar todo aquello que se opone al Reino de Dios presente entre nosotros.
Los afrodescen-dientes en la Iglesia nos brindan su sabiduría y su fe, que les ha permitido sobrevivir a los largo de la Colonia y colaborar a la construcción de la Patria, enriqueciendo a la iglesia con su espiritualidad, que les ayuda a resistir en una situación de conflicto, gracias a sus organizaciones y a las alianzas con los otros grupos étnicos. Y, cómo subrayaba Mons. Fidel Cadavid, todos estamos llamados a defender la vida y a luchar para que todos la tengan en abundancia.
La eucaristía de clausura en la iglesia del Seminario Mayor fue una explosión de cantos y música al ritmo de los tambores y marcada por las danzas con una buena participación de laicos y laicas afro de diferentes parroquias de la ciudad.
La despedida dejó el convencimiento de que fue un paso en el largo camino por recorrer para que todo pueblo y cultura sientan que la Iglesia es su casa.
Se ha visibilizado el papel de la Iglesia en su relación con el pueblo afro en la conferencia de Mons. Héctor Espalza, obispo de Buenaventura y presidente de la Comisión de Etnias de la Conferencia Episcopal Colombiana que presentó una visión panorámica del magisterio de la iglesia latinoamericana sobre todo a partir de las asambleas generales de Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007).
El P. Rafael Savoia, misionero comboniano, ha ido al origen de la pastoral afroamericana poniendo de relieve figuras proféticas que lucharon contra la esclavitud y las injusticias de su tiempo como Mons. Bartolomé de las Casas en el siglo XVI, los capuchinos Fray Jose Francisco Jaca y Aragón y Fray Epifanio Moirans en el siglo XVII, los afrodescendientes como Ottobah Equiano que han luchado con los abolicionistas en el siglo XVIII. Toda una corriente de pensamiento y testimonio evangélico que está a la base del camino actual de la Pastoral Afro que ha tenido como una de sus expresiones mas significativas a los Encuentros Continentales de Pastoral Afroamericana. El último se celebró en Panamá del 3 al 7 de agosto pasado. Ofreció elementos para entender el aporte de la Iglesia a través de la Pastoral Afro al pueblo y al movimiento negro de América Latina y el Caribe.
El aporte de la mujer afro a la pastoral en la iglesia lo resaltó la joven Nasly Lucumí, entusiasta líder afro, junto con la Hna Ayda Orobio, misionera laurita, que en base a su experiencia de vida mostró la problemática del afro en situación rural y urbana, insistiendo en el papel fundamental de la mujer.
Le tocó a Mons. Fidel Cadavid, obispo de Quibdó, meter el dedo en la llaga de la violencia engendrada tanto por las fuerzas ilegales que operan en el litoral Pacífico como por los megaproyectos de las compañías multinacionales, para explotar los inmensos recursos que ofrece el área.
El espacio largo que se ha dado al diálogo entre expositores y participantes ha permitido descubrir el interés sobre todo de los jóvenes sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas de la Arquidiócesis de Cali “heredera de una tradición centenaria en la que han confluido diversidad de culturas, unas ya radicadas desde antes y las otras que han ido haciendo su aparición en el contexto de nuestra región en los últimos años, han configurado una presencia de Iglesia que responde de diversas maneras a este bello y rico fenómeno que ha permitido inculturarse con las implicaciones que trae”. Esto en línea con el documento “Gozo y Esperanza” del Concilio Vaticano II que dice: “… la aceptación de la predicación de la palabra revelada debe mantenerse como ley de toda la evangelización. Porque así en todos los pueblos se hace posible expresar el mensaje cristiano de modo apropiado a cada uno de ellos y al mismo tiempo se fomenta un vivo intercambio entre la Iglesia y las diversas culturas”.
Las experiencias de pastoral con negritudes presentadas por el P. Vicente Pellegrino, misionero de la Consolata y delegado arquidiocesano para la Pastoral Afro, junto con otros párrocos permitió comprender como es posible conseguir involucrar a los afro en el camino de la Iglesia, que así va tomando conciencia también de su rostro negro.
El arzobispo de Cali, Mons. Juan Francisco Sarasti, al abrir los trabajos, recordó que la celebración del Centenario de la erección de la Arquidiócesis exige un compromiso también con los afrodescendientes, parte integrante de nuestra identidad eclesial, dando una respuesta a sus necesidades espirituales y materiales. La evangelización de las culturas conlleva la exigencia de anunciar a Jesús muerto y resucitado y también denunciar todo aquello que se opone al Reino de Dios presente entre nosotros.
Los afrodescen-dientes en la Iglesia nos brindan su sabiduría y su fe, que les ha permitido sobrevivir a los largo de la Colonia y colaborar a la construcción de la Patria, enriqueciendo a la iglesia con su espiritualidad, que les ayuda a resistir en una situación de conflicto, gracias a sus organizaciones y a las alianzas con los otros grupos étnicos. Y, cómo subrayaba Mons. Fidel Cadavid, todos estamos llamados a defender la vida y a luchar para que todos la tengan en abundancia.
La eucaristía de clausura en la iglesia del Seminario Mayor fue una explosión de cantos y música al ritmo de los tambores y marcada por las danzas con una buena participación de laicos y laicas afro de diferentes parroquias de la ciudad.
La despedida dejó el convencimiento de que fue un paso en el largo camino por recorrer para que todo pueblo y cultura sientan que la Iglesia es su casa.
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