J.Converset y J. P. Pezzi
El tema en recientes discusiones y
tratados que son negociados en Europa y en los Estados Unidos, se
centran en la cuestión de si el agua es un bien esencial público que
debe ser administrado para el beneficio de toda la población o si el
agua debería administrarse en forma privada con fines de lucro como una mercancía más.
Algunos hechos importantes están ausentes en estas discusiones. Franciscans International (FI) y WaterLex (WL) han
preparado un folleto, El Derecho al Agua y el Saneamiento, una guía
práctica para atender estos problemas así como el dar a conocer a la
gente sus derechos y tomar acciones.
El punto inicial, con frecuencia olvidado en esta discusión, es que
ahora 885 millones de personas carecen de agua potable y
consecuentemente 2 millones de niños mueren cada año por enfermedades
transmitidas por el agua y por deshidratación.
Mientras en Europa y en Estados Unidos la sociedad acertadamente lucha
para mantener el manejo publico del agua como un bien común y publico,
en países pobres la gente está muriendo por falta de agua potable.
El agua contaminada no es la mayor preocupación de los países
desarrollados pero es una grave amenaza para la vida en los países
pobres. La falta de sanidad básica es aun peor. A nivel mundial 2.6
millones de personas no tiene acceso a un adecuado saneamiento y,
consecuentemente, se abastecen de agua contaminada.
Reconociendo que sin agua potable ningún ser humanos puede sobrevivir,
las Naciones Unidas han pedido a los gobiernos asegurar que cada persona
tenga al menos 20 litros de agua limpia por día: “agua potable y segura
para tomar y saneamiento son derechos humanos, esenciales para
disfrutar completamente la vida y otros derechos humanos” (Declaración
de la Asamblea General de las Naciones Unidas Julio 28 2010).
Necesidad de políticas concretas para que el derecho al agua sea efectivo
El Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas (UN-CESCR) va mas allá, explica: “El derecho humano al
agua es indispensable que para llevar una vida humana digna”. Este es
un prerrequisito para la realización de otros derechos humanos. El
comité ha sido confrontado continuamente con la negación generalizada
del derecho al agua tanto en países en vía de desarrollo como en países
desarrollados.
Más de un billón de personas carecen de acceso a un abastecimiento
básico de agua, mientras muchos billones no tienen acceso a un
saneamiento adecuado, la cual es la primera causa de contaminación del
agua y de enfermedades causadas por el agua. La continua contaminación,
el agotamiento y la desigual en la distribución del agua van agravando
la pobreza existente. Los estados deberían adoptar medidas efectivas
que viabilicen, sin discriminación, el derecho al agua, así como se
establece en este comentario general“ (Comentario General No. 15 en el
Derecho al Agua).
No es suficiente declarar que el agua es un bien público y un derecho
humano básico. El derecho al agua ha debido ser respaldado a través de
regulaciones concretas para la vida diaria. “La guía práctica” de Franciscans International (FI) y WaterLex (WL)
muestra cómo las soluciones sostenibles para garantizar el agua y el
saneamiento en comunidades pobres de los sectores rural y urbano
reducirán la pobreza y crearan esperanza de una vida mejor.
La falta de agua potable afecta los medios de subsistencia y tiene un impacto negativo en la economía del hogar.
El pobre del sector urbano y el que vive en tugurios alrededor del mundo
paga 5 a 10 veces más de lo que otros pagan por el agua; los hace
aún más pobres forzándolos a usar agua contaminada. Ellos están
expuestos a enfermedades que se pueden prevenir y por tanto están
imposibilitados para mejorar sus vidas. Adicionalmente, la falta de
agua potable y el saneamiento básico hace que los niños enfermen,
les impide ir a la escuela y a sus padres ir a trabajar.
Crear acceso al agua y al saneamiento es un primer paso
hacia el establecimiento de una vida normal, donde los derechos a la
educación y a la salud están asegurados. En muchas partes de Africa,
Asia y Latinoamérica, un mejor acceso al agua liberaría a mujeres y
niñas del tiempo que gastan en obtener agua, lo podrían
utilizar en educación o en otras actividades productivas. Finalmente, es
evidente que el acceso al agua puede mejorar la agricultura familiar e
incrementar las cosechas de los alimentos y así los ingresos del hogar.
El agua como un recurso limitado
Las primeras palabras del 15° Comentario UN-CESCR a menudo se pasan
por alto. “El agua es un recurso natural limitado y un bien público
fundamental para la vida y la salud”. El agua es para cuidarla, no sólo
porque es un recurso esencial para la vida y su desarrollo básico, sino
también porque, como bien limitado, debería ser preservado de
contaminación, polución y codicia humana para el beneficio de toda la
gente de hoy y de las futuras generaciones.
La “Guía practica” toma la espiritualidad franciscana y
nos
recuerda que “el derecho al agua es ciertamente importante, pero al
mismo tiempo ¡necesitamos respetar también los derechos del agua!”
Respeto y amor al agua están basados en la conciencia de que “en la
naturaleza todo está conectado e interrelacionado” y el agua “parece
ser el elemento que conecta a todas la criaturas” ya que el agua “está
en todas las formas de vida”. Tenemos el derecho de llamar a los
gobiernos a que pongan atención en este tema, pero cada uno tiene que
hacer su parte también: deteniendo la degradación, la polución y el
desperdicio del agua. Este hecho es la manera como demostramos el
respeto
a la vida. Necesitamos poner atención a nuestras acciones diarias
para garantizar la vida hoy y mañana. Las palabras clave son compartir
responsabilidades.
Nos oponemos a la transformación del agua como producto de consumo, no
sólo porque es un precioso y limitado bien común, sino también porque
respetamos todas las expresiones de vida como regalo de Dios. Más aun, si
hacemos un llamado a garantizar el acceso al agua y a luchar por la
protección de los recursos hídricos, es porque queremos un mundo
más justo y pacifico, donde la división entre ricos y pobres sea
superada, empezando por el más vital y básico derecho que tiene el
humano: al agua. La “Guía Práctica” nos recuerda que el significado
de la vida “no es crear riquezas, pero sí fraternidad, estando unidos y
siendo compasivos con todas las creaturas”. Entonces, “la creación
entera se convertirá en familia”.
El propósito de la guía práctica no sólo llama a
tomar conciencia sobre el derecho al agua y al saneamiento, sino también a
proveer herramientas que atiendan los retos relacionados con el agua en la
vida diaria. Se quiere ayudar a quienes trabajan
directamente con los pobres y atienden los retos referentes al agua
y a la pobreza; también “contribuir a hacer el derecho al agua una realidad
para los más vulnerables”. El desafío es no dar por
descontado que ya tenemos agua para tomar. A diario, el uso del agua
debe ser visto como un regalo de Dios para compartir con quienes carecen de agua en el mundo.
La guía práctica, como lo expresa en su presentación a
los estados y a través de sus 7 secciones, “adopta un enfoque de abajo
hacia arriba para resaltar los pasos que los ciudadanos y las comunidades
pueden tomar, junto con el gobierno, para dar atención al agua y a los
retos de saneamiento."
Las primeras tres secciones inician desde una visión general del
agua y los retos de saneamiento enfrentados por los grupos más pobres y
vulnerables, explica el rol y las responsabilidades de los gobiernos, que
deben atender estos retos e identificar temas claves y buscar la manera
de fijar prioridades. Desde la sección 4, da sugerencias de cómo
manejar recursos disponibles y urgentes en la comunidad y dar
seguimiento a los compromisos de las autoridades; muestra cómo la
comunidad puede expresar sus preocupaciones locales en los niveles
nacional e internacional.
Esta guía no sólo introduce en el tema del agua
y el saneamiento, sino que también plantea retos y cuestionamientos a los que debe responder cada creyente, a través de su
estilo de vida, mientras oramos “alabado seas, mi Señor, por la hermana
agua, tan útil y humilde, preciosa y pura”.
J. Converset y J. P. Pezzi
The Right to Water and Sanitation: A practical guide (por ahora sólo en inglés) es un documento digital de Franciscans International y WaterLex. Descárguelo gratuitamente en:
Fuente: http://www.jpic-jp.org/75-es.html
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